Jesús como hombre nació, creció, sintió, actuó, padeció y
murió, pero Jesús también es Hijo de Dios y como tal fue anunciado por los
profetas y los ángeles, nos da a conocer a Dios como Padre y nos demuestra su
amor a través de los milagros, signos del amor de Dios, que es la buena noticia
que Jesús nos trae.
Jesús convivió con todos, pero especialmente con las
personas que son consideradas inferiores por su trabajo, por su condición o por
su enfermedad, acercándose a ellas, escuchándolas, tocándolas, curándolas,
porque Jesús tiene el amor de Dios.
Jesús estaba atento a las necesidades de los demás, daba
de comer a los hambrientos multiplicando los panes y los peces, curando
enfermedades o resucitando a los muertos, estas acciones son:
"Milagros"
Los milagros por tanto son el lenguaje de Dios, signos de
su existencia y de su amor, es su lenguaje privado a través de Jesús.
Sus milagros manifiestan que Él es verdaderamente Dios,
manifiestan su omnipotencia y su divinidad,
su amor por el hombre.
Los milagros de
Jesús pueden dividirse en cinco grupos:
1- Sobre
la naturaleza
2- De
curación física
3- De
liberación demoníaca
4- Victorias
sobre voluntades hostiles
5- Resurrecciones
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