El Domund es una Jornada universal que se celebra cada
año en todo el mundo, el penúltimo domingo de octubre, para apoyar a los misioneros
en su labor evangelizadora, desarrollada entre los más pobres.
El Domund es una llamada a la responsabilidad de todos
los cristianos en la evangelización. Es el día en que la Iglesia lanza una
especial invitación a amar y apoyar la causa misionera, ayudando a los
misioneros.
Los misioneros dan a conocer a todos el mensaje de Jesús,
especialmente en aquellos lugares del mundo donde el Evangelio está en sus
comienzos y la Iglesia aún no está asentada.
El Domund es el día en que, de un modo especial, la Iglesia universal reza por los misioneros y colabora con las misiones. #DOMUND
Se celebra en todo el mundo el penúltimo domingo de octubre,
el “mes de las misiones”.
“Corazones ardientes, pies en camino”
Solo el encuentro con el Resucitado ilumina nuestra vida
y hace arder nuestro corazón. Lo han experimentado los misioneros y misioneras,
quienes, con su corazón ardiente, nos muestran el camino hacia los hermanos más
pobres y necesitados, y la presencia del Señor vivo en medio de ellos.
Ese encuentro personal con Cristo hace que los ojos de
las personas se abran y mueve a la acción. Así, los misioneros se ponen en
camino y entregan su vida para que el Evangelio llegue a todos los rincones del
mundo.
Comprender que Dios nos toca el corazón para que nos
pongamos en camino.
Asumir la misión de trabajar para crear un mundo mejor.
"Salgamos con los corazones ardientes, los ojos abiertos,
los pies en camino…, para invitar a todos a caminar juntos por el camino de la
paz y de la salvación que Dios, en Cristo, ha dado a la humanidad" (papa
Francisco).
Para comenzar y dar contexto a esta Jornada del Domund
(22 de octubre), leemos juntos Lc 24,13-35. Podemos representar el pasaje del Evangelio
para intentar mantenerlos atentos.
Después, vamos a preguntar algunas cuestiones para ver si
lo han entendido bien:
¿Quiénes estaban de camino? ¿Adónde iban?
¿A quién se encuentran? ¿De qué hablan durante el camino?
¿Cuándo descubren quién es el que camina con ellos? ¿Qué
pasa entonces?
¿Qué ocurría en su corazón mientras Jesús les explicaba
las Escrituras?
¿Qué hacen después?
La historia de la Iglesia está tejida por corazones
ardientes que, como los discípulos de Emaús, se encuentran con Jesús vivo y
resucitado, y se ponen inmediatamente en camino para anunciarlo a quienes aún
no le conocen.
Uno de ellos es el padre Saturnino Pasero, 37 años en la
misión de Benín.
La vocación misionera de Saturnino le llevó a ir a una
misión en la que la Iglesia no existía: “nos pidieron ir a una zona donde no
había nada, pero se sentía un deseo por parte de algunas comunidades de seguir
el camino de Jesús.”
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