El origen del
hombre plantea varias teorías para explicar la llegada de los
primeros pobladores de la Tierra.
Una de estas teorías, la creacionista, tiene más que ver con la fe y la religión y sitúa a dos
personajes como los primeros hombres en pisar el mundo: Adán
y Eva.
LA HISTORIA DE ADÁN Y EVA
El mito de la
creación sitúa a Adán y Eva como los primeros hombres en estar en la Tierra.
Según las distintas religiones que los representan, la pareja fue creada por
Dios, Yahveh, cuando llegaron al sexto día de la creación del mundo.
Adán fue el primero en aparecer, a imagen y semejanza de Dios. Este, al ver lo solo que estaba el hombre, decidió crear un ser de su misma especie, hizo caer al hombre en un sueño profundo y de una de sus costillas creó a Eva. De esta pareja nacieron muchos hijos, aunque solo se les otorgó nombre a los tres primeros: Caín, Abel y Set.
Según los relatos de la Biblia, Dios creó el mundo en siete días. También creó el Edén, o Paraíso. En este paraíso habitaban todos los animales del planeta y las plantas, además de Adán y Eva.
El privilegio de vivir en una zona llena de abundante comida y de gozos para el cuerpo humano tuvo para Adán y Eva una prueba que no superaron.
Dios, para que no tuvieran falta les permitió comer de
cualquier árbol y planta, salvo de uno: el árbol de la ciencia y del bien y el
mal.
Se cuenta en las fuentes bíblicas que Eva cayó en la
tentación y mordió la manzana prohibida del árbol de la ciencia. Fue el Diablo,
representado por una serpiente habitualmente la que hizo caer a Eva, y que esta
mordiera de la fruta prohibida.
Cuando Dios comprobó que la pareja no había seguido sus indicaciones y le habían desobedecido, decidió expulsarlos del Edén para que empezaran a vagar por la Tierra creando de su unión a los primeros seres humanos. En ese momento nació la idea del pecado original, siendo el pecado que todos los seres humanos tenemos por ser descendientes de Adán y Eva y que suele desaparecer con el bautismo.(Relación entre el antiguo testamento y el Nuevo Testamento)
Este fruto les había otorgado cierta inmortalidad por lo
que pudieron vivir cientos de años en el mundo.
Tras su expulsión del paraíso, Adán y Eva vivieron juntos en el mundo de los hombres, aunque los textos no siguen relatando su vida y se centran en la vida de sus hijos, los primeros descendientes del mundo.
Ha sido habitualmente el arte, en especial la pintura, la que ha trasladado el mito de la creación hasta la actualidad, con numerosas representaciones pictóricas del momento en que la pareja cometió el pecado por el que Dios los condenó.
Qué trabajamos con el relato de
Utilizamos esta historia bíblica para reflexionar sobre:
- La desobediencia y los actos a los que nos lleva.
- El pecado nos aleja de la amistad con Dios. (Pecado Original)
- Las consecuencias de nuestros actos.
ACTIVIDAD:
Haz tu propia composición del relato de la Creación.
Adán y Eva fueron los primeros hombres sobre la Tierra,
las primeras personas que Dios creó. Y tuvieron dos hijos: Caín, el primogénito
y Abel, el pequeño. Y a sus dos hijos los cuidaron con el mismo cariño. Al
crecer, Caín se hizo agricultor, mientras que su hermano se dedicaba a cuidar
el rebaño de ovejas.
Un día, durante unas ofrendas a Dios, Abel decidió llevar
la mejor carne que tenía, y a Dios le gustó mucho, y valoró que hubiera
sacrificado a la mejor de sus reses por Él. Sin embargo, Caín acudió con unos
cuantos granos de cereal, y Dios se entristeció, porque vio que no se había
esforzado nada por Él.
Dios agradeció a Abel todo lo que había trabajado, y Caín
comenzó a sentir unos terribles celos que le ardían por dentro. De pronto, los
celos se transformaron en ira y en envidia. ¿Por qué Dios no le había dado las
gracias a él? ¿Por qué solo a su hermano? Deseaba de veras que su hermano no
existiera, y en un arrebato de furia, Caín mató a Abel.
Cuando Dios le preguntó que dónde estaba su hermano, Caín
respondió con desgana:
– ¿Y cómo voy a saberlo? ¿Soy acaso yo el guardián de mi
hermano?
Pero Dios pudo ver la sangre de Abel en el suelo, y
comprendió lo que Caín había hecho. Como castigo, le envió lejos de sus padres,
y le prohibió volver allí nunca más.
Qué trabajamos con el relato de Caín y Abel
Utilizamos esta historia bíblica de los hermanos
Caín y Abel para reflexionar sobre:
- La ira y los actos a los que nos lleva.
- Por qué la envidia puede ser tan destructiva.
- Los castigos, las consecuencias de nuestros actos.
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