El
contenido de la unidad se centra en el tema del amor. El amor es el
distintivo cristiano, pero nuestro amor, para ser verdadero, tiene que
ser como el de Jesús, incondicional y sin límites. El amor cristiano se
da de forma gratuita; los cristianos devolvemos el amor que Dios nos
ofreció gratuitamente.
El
amor incondicional es querer a otra persona más que a nada en el mundo,
considerar a esa persona lo más importante y demostrárselo. Basta con
que se fijen en sus padres para darse cuenta de que ellos les quieren
sin límite, incluso cuando no se comportan adecuadamente. Explicar a los
alumnos que, a lo largo de la unidad, descubriremos que el amor de Jesús es incondicional, como el de sus padres.
Reflexionar
con los alumnos sobre la importancia de saber expresar y manejar las
emociones, en especial aquellas que pueden afectar negativamente a la
convivencia con las
otras
personas. Por ejemplo, conviene controlar los impulsos, las respuestas
inmediatas agresivas o la ira, y limitar nuestra tendencia a la tristeza
o al desánimo. Por el contrario, debemos dar rienda suelta a otras
emociones, como el cariño, el amor o la ternura, y no limitarlas solo a
situaciones de agradecimiento, sino que hay que mostrarlas de forma
espontánea a los que nos entregan su amor sin medida, a nuestros padres.
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