Jesús anunció con su mensaje que el reino de Dios ya está entre nosotros. Con sus palabras y sus buenas acciones, Jesús comenzó a construir un mundo nuevo basado en el amor a los demás.
EL MENSAJE DE JESÚS
Jesús tenía muchos amigos. Le llamaban maestro porque les enseñaba este mensaje:
Dios es nuestro PADRE que nos ama, y quiere que vivamos como HERMANOS.
EL REINO DE DIOS ESTÁ AQUÍ. Encontrar el reino de Dios y acogerlo es como hallar un gran TESORO que nos cambia la vida.
Con su mensaje Jesús consiguió ilusionar y llenar de esperanza a los que se sentían derrotados, cansados o tristes.
EL REINO DE DIOS
El reino de Dios no es un lugar ni un gobierno. Es el amor de Dios actuando en la humanidad. Es decir:
El reino de Dios es el amor de Dios en el corazón de cada persona.
Dios reina como un padre que ama a sus hijos y nos hace a todos hermanos unos de otros.
El reino se encuentra donde hay amor, paz, justicia, fraternidad, perdón y alegría.
Todos podemos descubrir el reino de Dios y acogerlo. Está al alcance de todos.
Con la oración del Padrenuestro, Jesús nos enseñó a pedir a Dios que nos ayude a encontrar su reino: “Venga a nosotros tu reino”.
Acoger a Jesús y su mensaje de amor, es acoger el reino de Dios.
UN REINO PARA TODOS
Hoy día, como siempre, encontramos el reino de Dios donde hay personas que confían en Él. Estas personas animan, ayudan perdonan, rezan y aman a los demás. Por eso, el reino de Dios es bueno para los cristianos y para todos los seres humanos.
La tarea de los cristianos es transmitir el mensaje de Jesús y anunciar el reino de Dios, amando a Dios y a los demás para conseguir un mundo mejor.
Los cristianos saben que el fin de la vida es estar siempre en compañía de Dios. A esta vida plenamente feliz con Dios se le llama Cielo.
Las tijeras nos enseñarán a cortar con la violencia, con los golpes, los gritos, los insultos. Para ello, podemos trabajar la gestión del enfado. Enfadarse no es malo, solo hay que ser consciente de ello y de que podemos dañar a quién tenemos al lado si nos dejamos llevar por esta emoción.
Con este material, recordaremos aquellas actitudes y gestos que refuerzan la amistad. Procuraremos debatir sobre la riqueza de la amistad y lo importante que es cuidar las relaciones personales.
Todo debemos tener la oportunidad de aportar nuestro “color”, nuestra personalidad. Es imprescindible que aprendamos a respetarnos, a valorarnos y a cooperar juntos.
La goma nos mostrará la posibilidad de poder borrar todo lo malo y hacer “borrón y cuenta nueva”. Recordaremos la necesidad de perdonar y de pedir perdón. Una acción necesaria para aquellas ocasiones en las que nos solemos equivocar.
El subrayador nos recuerda lo valiosos que somos, aunque pocas veces paremos a reflexionar sobre nuestra personalidad. Si aprendemos a conocernos, podremos conocer a los demás y resaltar lo bueno y lo positivo de cada persona. A menudo, nos quedamos con lo negativo, dejando a un lado toda la riqueza de nuestros amigos/as. Es buen momento para trabajar los elogios, el autoconcepto y la autoestima.
Juan Bautista, el primo de Jesús, anunciaba la llegada del Salvador esperando y animaba a todos a vivir según el plan de Dios.
La gente se acercaba a Juan y le preguntaba cómo podían salvarse. El los animaba a que dejaran de hacer cosas malas y a vivir según la voluntad de Dios. Y Juan los bautizaba en el río Jordán.
Por entonces, Jesús tenía 30 años y comenzó a recorrer su país.
Fue al río Jordán para que Juan lo bautizara.
Juan estaba muy sorprendido porque Jesús nunca había hecho nada malo
Juan debía bautizarle. Al salir Jesús del agua, se oyó la voz de Dios.
Jesús salió tan feliz que quería que todo el mundo conociera a Dios. Así comenzó su misión de anunciar por todos los pueblos y ciudades la buena noticia del amor de Dios.
ACTIVIDAD:
Tarea para casa
Después de su Bautismo, Jesús empezó su importante misión: anunciar que el amor de Dios es para todo el mundo.
Jesús contaba que Dios ama a todas las personas: a ricos y a pobres; a sanos y a enfermos, a jóvenes y a ancianos; a los que cumplen los mandamientos, y a los que se equivocan los perdona y les da la oportunidad de cambiar.
Hablaba del amor de Dios y ayudaba a las personas que sufrían. Esta es la buena noticia del amor de Dios.
Jesús fue a buscar a doce amigos especiales para que lo siguieran y lo ayudaran. Llamó a Simón Pedro, Andrés, Santiago y Juan, que dejaron su barca y las redes para seguirle. También Mateo, Tomás, Felipe, Bartolomé, Judas Tadeo, otro Santiago, Simón y Judas Iscariote respondieron a la llamada de Jesús.
Los doce amigos de Jesús forman el grupo de los apóstoles.
Jesús se retiraba y a solas, se dirigía a su Padre del Cielo en sus oraciones. Confiaba en el amor de Dios y le pedía que lo ayudara en su misión.
Jesús enseña la oración del Padrenuestro a sus seguidores para que aprendan a rezar a Dios y a llamarle Padre.
La única alusión que tenemos a estos personajes
aparece en el Evangelio de San Mateo, en el que se menciona a unos
"magos", de quienes no da nombres, ni dice que fueran reyes y ni
mucho menos que fueran tres.
El Evangelio cuenta que unos magos llegados de Oriente
fueron guiados por una estrella para que adorasen al rey de los judíos que
acababa de nacer. Al enterarse de esta noticia, Herodes
el Grande, que por esa época era el rey de Judea, los mandó llamar para
interrogarlos, y les hizo prometer que una vez hallaran al niño se lo
comunicarían para que pudiera adorarlo él también. Tras abandonar el palacio y
ser guiados por la estrella, los magos encontraron al niño en un
establo en Belén, junto a María y José. Tras postrarse ante él y
ofrecerle oro, el metal de los reyes; incienso, la ofrenda de los dioses; y
mirra, como anuncio de sus futuros padecimientos, fueron advertidos por un
ángel de que no volvieran al palacio de Herodes ya que este sólo quería acabar
con la vida del niño. (Mateo 2:1-12)
Los evangelios ofrecen muy pocos datos sobre los Reyes
Magos; en realidad, la historia sobre los "Magos de Oriente"
aparece bien definida en los Evangelios Apócrifos, muy ricos en
descripciones sobre estos personajes. En ellos, el término "mago" se
ha de interpretar como un sinónimo de astrólogo, un sabio que puede, a través
de la lectura de las estrellas, predecir acontecimientos. Quinto Séptimo
Tertuliano, padre de la Iglesia en el siglo III, creyó ver una mención a los
tres Reyes Magos en el Salmo 72 del Antiguo Testamento, que dice lo siguiente:
"Que los reyes de Sabá y Arabia le traigan presentes, que le rindan
homenaje todos los reyes". El hecho de que fueran tres se vincula tanto a
la Santísima Trinidad como al número de regalos que estos personajes llevaron
al niño Jesús.
LA EDAD MEDIA PUSO NOMBRE A LOS TRES REYES
A pesar de las respuestas que se puedan encontrar en la Biblia, el origen de los Reyes
Magos tal como los conocemos en la actualidad tiene su origen en una larga
tradición medieval que los "bautizó" con los nombres de Melchor,
Gaspar y Baltasar.
Las narraciones posteriores de la historia identificaron los nombres de los magos, así como sus tierras de origen: Melchor de Persia, Gaspar (también llamado Caspar y Jaspar) de la India y Baltasar de Arabia. Sus presentes también tenían significados simbólicos especiales: el oro representaba la condición de Jesús de «rey de los judíos»; el incienso, la divinidad del niño y su identidad como Hijo de Dios; y la mirra se refería a la mortalidad de Jesús.
En España, y gracias a los testimonios escritos y artísticos que se guardan
en la Biblioteca Nacional de España, somos testigos del nacimiento de esta
leyenda a lo largo de los siglos, en concreto en una de las piezas más
excepcionales de la literatura española del siglo XII, el llamado Auto
de los Reyes Magos, una obra fundamental en la historia de la
literatura española por ser el texto teatral más antiguo que se conserva en
lengua castellana. En dicha obra aparecen Melchor, Gaspar y Baltasar,
pero no son definidos como "reyes", sino como steleros,
es decir, astrólogos.
Auto de los Reyes Magos, también conocida como Adoración de los Reyes Magos. Obra anónima del siglo XII.
Música: Composición original de Emilio Villalba al arpa
Narración: Sara Marina
Sensacional y mágica la noche de Reyes vivida en El Viso de los Pedroches en la provincia de Córdoba. Más de 200 personas participando en la puesta en escena, un escenario monumental, un graderío para 1.500 espectadores lleno absoluto y un pueblo volcado con una tradición centenaria son los alicientes del AUTO SACRAMENTAL que llega cada cuatro años a este pueblo del Valle de los Pedroches en Córdoba.