26 de noviembre de 2021

FIESTA DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN

En medio del Adviento la Iglesia pone a la Virgen María en el centro de la atención: celebramos la fiesta de la Inmaculada Concepción y creemos que es una ocasión preciosa para reflexionar entorno a la Madre de Dios. 


La Inmaculada Concepción es un dogma de la Iglesia Católica, que consagra como, aunque concebida y nacida por un pareja de mortales (Santa Ana y San Joaquín), la Virgen María nació pura, nunca tocada por el pecado original, a diferencia de todos los demás hombres y mujeres. María, Llena de gracia, como se saluda en la Anunciación, se considera santa desde su concepción, purificada de todo mal, preservada del pecado por el Espíritu Santo, que la ha convertido en una criatura única y especial, destinada a ser la madre de un Hombre único y nuevo. Sería inconcebible pensar que Dios, en su infinita sabiduría y perfección, pueda haber confiado su encarnación humana a una mujer nacida en el pecado, presa del Maligno y sus tentaciones. María fue la única criatura a la que se le reservó este privilegio especial, particularmente en vista de su misión, del destino que Dios tenía guardado para ella. Todos los demás hombres y mujeres nacieron y nacen en el Pecado, desde lo cual se purifican por medio del Bautismo. María es la primera entre los creyentes, la más cercana a Dios, tan cerca que ha sido elegida para llevar en el vientre el fruto de su Amor infinito. Este papel de intermediaria entre el hombre y el Omnipotente, madre pura y amorosa, consagrada desde su concepción a su misión de amor y dolor, hace que la tradición de la Virgen Inmaculada sea una de los más extendidas y queridas en la devoción popular.










23 de noviembre de 2021

INICIAMOS EL AÑO LITÚRGICO: TIEMPO LITÚRGICO

Para los católicos, el año eclesiástico es el año litúrgico, una serie de tiempos y festividades que se celebran en la liturgia, la plegaria pública oficial de la Iglesia durante cierta época del año. A diferencia de nuestro calendario tradicional de 365 días, el propósito del calendario del año litúrgico no es marcar el paso del tiempo, sino celebrar y entender más plenamente todo el misterio de Jesucristo, desde su Encarnación y nacimiento hasta su Ascensión, el día de Pentecostés y la espera de su regreso glorioso. En el transcurso de un año, el Misterio Pascual (la Pasión, Muerte, Resurrección y Ascensión de Jesús) se ve desde diferentes ángulos y diferentes perspectivas.



El Adviento es el comienzo del Año Litúrgico, empieza el domingo más próximo al 1 de diciembre y termina el 24 de diciembre. Son los cuatro domingos anteriores a la Navidad y forma una unidad con la Navidad y la Epifanía.

El adviento comprende las cuatro domingos o semanas antes de la Navidad.

El adviento es tiempo de preparación, esperanza y arrepentimiento de nuestros pecados para la llegada del Señor.

En el adviento nos preparamos para la navidad y la segunda venida de Cristo al mundo, cuando volverá como Rey de todo el Universo.

Es un tiempo en el que podemos revisar cómo ha sido nuestra vida espiritual, nuestra vida en relación con Dios y convertirnos de nuevo.

Es un tiempo en el que podemos hacer un plan de vida para mejorar como personas.

El Adviento está tocado, de una forma muy particular, por la característica de la esperanza. La esperanza como virtud que sostiene al alma, que consuela al ser humano. Teniendo en cuenta este sentido esperanzador del Adviento.
La corona es un círculo de follaje verde, la forma simboliza la eternidad y el color la esperanza y la vida. Va enrollada con un listón rojo, símbolo del amor de Dios que nos envuelve y también de nuestro amor que espera con ansiedad el nacimiento del Hijo de Dios. En el centro de círculo se colocan las cuatro velas (pueden ser tres moradas y una rosa o bien todas blancas) para encenderse una cada domingo de Adviento. La luz de la vela simboliza nuestra fe.

El conjunto se sitúa cerca del altar o del ambón de la Palabra, si es en la Iglesia, o en un lugar adecuado si se utiliza en un ambiente familiar o escolar.

En Navidad se puede añadir una quinta vela blanca, hasta el final del tiempo de Navidad y si se quiere se puede situar la imagen del Niño en relación con la corona: se tiene que ver que la Navidad es más importante que la espera del Adviento.

La corona, que procede del Norte (países escandinavos, Alemania), tiene raíces simbólicas universales: la luz como salvación, el verde como vida, forma redonda como eternidad. Simbolismos que se vieron muy coherentes con el misterio de la Navidad cristiana y que pasaron fácilmente a los países del sur.

Se ha convertido rápidamente en un simpático elemento complementario de pedagogía cristiana para expresar la espera de Cristo Jesús como Luz y Vida, junto a otros ciertamente más importantes, como son las lecturas bíblicas, los textos de oración y el repertorio de cantos.





20 de noviembre de 2021

DESCUBRE LOS DERECHOS DE LOS NIÑOS

 





 




 


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