En el día de todos los santos, celebramos la fiesta de todos los
hermanos que están gozando de la presencia de Dios en el “Cielo”, desde allí,
interceden ante Dios por nosotros y nos ayudan en nuestro camino de vida
cristiana.
Los santos no son personas diferentes de nosotros, ha habido santos, de
diferente edad: niños, jóvenes, adultos y
abuelitos. Hay Santos y Santas. Los Santos/as los hay de todo tipo: altos
y bajos, inteligentes y sencillos, ricos y pobres, blancos, negros, cobrizos,
unos han sido Santos desde pequeños y otros llevaron una vida en la que no
conocían a Dios, y se portaron muy mal, pero cuando se encontraron con Jesús,
cambiaron, y decidieron ser felices siguiéndolo.
Todos, estamos llamados a ser santos, Dios nos quiere Santos, y para
eso nos dio el Don de la Fe, fue su regalo cuando nos bautizaron, y todos los que
estamos bautizados tenemos que ser Santos, pero también tenemos que querer
serlo. El Don de la Fe es más grande de todos los súper poderes de tus héroes
favoritos y además es de verdad. Pero la fe no es para tener unos músculos muy
fuertes, o para poder volar, o ver a través de las paredes, ni para golpear a
nadie.
Ser Santo es querer seguir a Jesús, actuar como él, hacer el bien como él, amar como él. SER SANTO ES SER AMIGO DE JESÚS.
9 Santos que eran superhéroes en su
tiempo libre (¡y su gran Capitán!)
Hoy en día, las películas de héroes son muy populares
(Ironman, Capitán América, Thor, etc.) estas nos muestran una serie de valores
admirables como la nobleza, la valentía y la integridad. Vemos a cientos de
niños llenar las salas de cine para ver a sus ídolos vencer a los malos y
salvar el mundo.
¿Y qué tal si les enseñamos sobre el mejor héroe de todos,
alguien que no usaba antifaz ni llevaba una capa? Alguien cuyo poder más grande
no era la fuerza sobre humana ni la habilidad de atravesar paredes o
teletransportarse, sino la capacidad de amar infinitamente hasta dar su vida
por nosotros.
«No todos los superhéroes llevan capa, el mío lleva una
cruz» (Anónimo)
Una excelente manera de acercarlos al Jesús, es mostrarles la
vida de los Santos, quienes, a pesar de no tener visión de rayos x o lanzar
telarañas de sus manos, han recibido dones divinos que ante los ojos de un niño
–y, admitámoslo, ante los nuestros también 😉 – pueden llegar a ser
geniales: los santos estigmas, la capacidad de estar en dos lugares al mismo
tiempo, levitar y demás.